miércoles, 30 de junio de 2010

XULF

TODOS LOS DIAS HAGO ESO

Puesto que absolutamente nada puede ser predicado con alguna certidumbre real acerca de la "verdadera natura-leza de las cosas", todos los proyectos (como dice Nie-tzsche) Sólo pueden estar "basados en nada". Y aun así debe haber un proyecto aunque sea sólo porque nos resistirnos a ser categorizados como "nada".
A partir de la nada haremos algo: el Levantamiento, la revuelta con-tra todo lo que proclama: "La Naturaleza de las Cosas es tal-y-tal". listamos en desacuerdo, somos antinaturales, somos menos que nada ante los ojos de la Ley Ley Divina, Ley Natural o Ley Social , escoge la que quieras. A partir de la nada imaginaremos nuestros valores, y por este acto de invención viviremos.
Mientras meditamos sobre la nada nos damos cuenta de que aunque no puede ser de-finida, a pesar de todo paradójicamente podemos decir algo sobre ella (incluso aunque sólo sea metafóricamente): parece ser un caos.
En efecto, el caos es vida. Toda confusión, toda revuel-ta color, toda urgencia protoplásmica, todo movimiento es caos. Desde este punto de vista, el Orden aparece ) como muerte, cesación, cristalización, silencio extraño.
La única fuerza lo bastante significativa para facilitar nuestro acto de creación parece ser el deseo.La lógica de la Pasión lleva a la conclusión de que todos los "estados" son imposibles, todos los "órdenes" ilusorios, excepto los del deseo. No hay ser, sólo convertirse -de ahí que el único gobierno viable sea el del amor, o la "atracción". La Civilización meramente se oculta a su misma detrás de una delgada cobertura estática de racionalidad la verdad de que sólo el deseo crea valores. Y así los valores de la Civilización están basados en la negación del deseo.
El Individuo vs. el Grupo -el Yo vs. el Otro, una dicotomía falsa propagada a través de los Medios de Control, y por encima de todo mediante el lenguaje.Todas las formas de comunicatividad deberían ser angélicas -el propio lenguaje debería ser angélico, una especie de caos divino. En cambio está infectado con un virus autoreplicante, un cristal infinito de separación, la gramática que nos impide matar a Nadiepapá de una vez por todas.
El Yo y el Otro se complementan y completan mutua-mente. No hay Categoría Absoluta, ni Ego, ni Sociedad -sino sólo una trama caóticamente compleja de relación-y el "Atractor Extraño", la propia atracción, que evoca resonancias y modelos en el flujo del convertirse.
De esta turbulencia surgen valores, valores que están basados en la abundancia en vez de en la escasez, en el regalo más que en la mercancía, y en la mejora sinergética y mutua del individuo y el grupo; valores que en todos los aspectos son los opuestos de la moralidad y la ética de la Civilización, porque tienen que ver con la vida en vez de la muerte.

El Nomadismo y el Levantamiento, nos proporcionan posibles modelos para una "vida cotidiana" . Las perfecciones cristalinas de la Civilización y la Revolución dejan de interesarnos cuando hemos experimentado ambas como forma de Guerra, variaciones sobre ese viejo y canado Timo Babilónico, el mito de la Escasez. Como el beduino escogemos una arquitectura de pieles -y una tierra llena de lugares de desaparición. Como la Comuna, escogemos un espacio liquido de celebración y riesgo en lugar del yermo helado del Prisma (o Prisión) del trabajo, la economía del Tiempo Perdido, el rictus de nostalgia por un futuro sintético.
La actividad de un grupo así llegará a reemplazar al Arte como nosotros, pobres cabrones posmodernos, lo conocemos. La creatividad gratuita, o el "juego", y el intercambio de regalos, causarán la extinción del Arte como la reproducción de mercancías. La "epistemología dadá" borrará toda separación fundiéndolas, y dará a luz de nuevo a un paleolitismo psíquico en el que la vida y la belleza no puedan ya ser distinguidas.

HAKIM BEY.

lunes, 28 de junio de 2010

SABOTAJE DEL ARTE

EL SABOTAJE DEL ARTE BUSCA ser perfectamente ejemplar y a un tiempo retener cierto elemento de opacidad -no propaganda sino choque estético- terriblemente directo pero sutilmente angulado también -acción como metáfora-.

El sabotaje del arte es la cara oculta del terrorismo poético -creación por la destrucción- pero no ha de servir a partido alguno, ni al nihilismo, ni siquiera al arte mismo. Tal como al desterrar las ilusiones se intensifican los sentidos, así la demolición de la plaga estética dulcifica el aire del mundo del discurso, del otro. El sabotaje del arte sólo sirve a la conciencia, a la atención, a la vigilia.

El SA va más allá de la paranoia, más allá de la desconstrucción -la crítica definitiva- ataque físico al arte ofensivo -jihad estética-. La mínima mancha de mezquino egoísmo o incluso de gusto personal contamina su pureza y menoscaba su fuerza. El SA no puede nunca buscar el poder -sólo puede liberarlo-.

Las obras de arte individuales (incluso las peores) son en gran medida irrelevantes -el SA busca dañar aquellas instituciones que se sirven del arte para limitar la conciencia y enriquecerse con castillos en el aire. Este o aquél poeta o pintor no ha de ser condenado por una falta de visión -pero las ideas malignas sí que pueden ser asaltadas a través de los artefactos que generan-. El muzak está diseñado para hipnotizar y controlar -su maquinaria bien puede ser destrozada-.

Quemas públicas de libros ¿por qué han de ser fachas y funcionarios de aduanas los que monopolicen este arma? Novelas sobre niños poseídos por el diablo; la lista de libros más vendidos del New York Times; panfletos feministas contra la pornografía; libros de texto (especialmente ciencias sociales, civismo, salud); pilas de El Tiempo, El Mundo y otros periódicos de supermercado; recortes seleccionados de editoriales cristianas; unas cuantas novelas rosa -atmósfera festiva, botellas de vino y canutos circulando en una clara tarde de otoño-.

Tirar el dinero en la bolsa fue una forma de terrorismo poético bastante oportuna -pero destruir el dinero hubiera sido buen sabotaje del arte-. Ocupar retransmisiones de TV y difundir unos minutos pirateados de incendiario arte caote constituiría una hazaña del TP; pero simplemente volar la torre de transmisiones sería un sabotaje del arte perfectamente adecuado.

Si ciertas galerías y museos se merecen un ocasional ladrillazo en los cristales -no destrucción, sino un pescozón a la complacencia- entonces qué pasa con los BANCOS? Las galerías convierten la belleza en mercancía pero los bancos transmutan la imaginación en heces y en deuda. ¿No ganaría el mundo un grado de belleza con cada banco que se pudiera hacer temblar... o caer? ¿pero de qué manera? El sabotaje del arte debería seguramente mantenerse alejado de la política (es tan indigesta...) -pero no de los bancos-.

No hagas piquetes; practica el vandalismo. No protestes; desfigura. Cuando la fealdad, el pobre diseño y el derroche estúpido te son forzados, vuélvete ludita, mete el zapato en la rueda, contraataca. Destroza los símbolos del Imperio en nombre de nada sino del anhelo de gracia del corazón.


TERRORISMO POETICO

BAILES INVEROSIMILES EN CAJEROS automáticos nocturnos. Despliegues pirotécnicos ilegales. Land art, obras terrestres como extraños artefactos alienígenas desperdigados por los parques naturales. Allana moradas pero en vez de robar, deja objetos poético-terroristas. Secuestra a alguien y hazlos felices.

Elige a alguien al azar y convéncele de ser el heredero de una inmensa, inútil y asombrosa fortuna -digamos 5000 hectáreas de Antártida, o un viejo elefante de circo, o un orfanato en Bombay, o una colección de manuscritos alquímicos-. Al final terminará por darse cuenta de que por unos momentos ha creído en algo extraordinario, y se verá quizás conducido a buscar como resultado una forma más intensa de existencia. Instala placas conmemorativas de latón en lugares (públicos o privados) en los que has experimentado una revelación o has tenido una experiencia sexual particularmente gratificante, etc.

Ve desnudo como un signo.

Convoca una huelga en tu escuela o lugar de trabajo sobre las bases de que no satisfacen tus necesidades de indolencia y belleza espiritual.

El arte del graffiti prestó cierta gracia a los laidos subterráneos del metro y a los rígidos monumentos públicos; el TP también puede ser creado para lugares públicos: poemas garabateados en los lavabos del juzgado, pequeños fetiches abandonados en parques y restaurantes, arte en fotocopias bajo el limpiaparabrisas de los coches aparcados, Consignas en Grandes Caracteres pegadas por las paredes de los patios de recreo, cartas anónimas enviadas a destinatarios conocidos o al azar (fraude postal), retransmisiones piratas de radio, cemento fresco...

La reacción o el choque estético provocados por el TP en la audiencia han de ser al menos tan intensos como la agitación propia del terror -asco penetrante, excitación sexual, asombro supersticioso, angustia dadaesca, una ruptura intuitiva repentina- no importa si el TP va dirigido a una sola o a muchas personas, no importa si va "firmado" o es anónimo, si no transforma la vida de alguien (aparte de la del artista) es que no funciona.

El TP es un acto en un Teatro de la Crueldad que no tiene ni escenario, ni filas de asientos, ni localidades, ni paredes. Con objeto de que funcione en absoluto, el TP debe desvincularse categóricamente de toda estructura convencional del consumo de arte (galerías, publicaciones, media). Incluso las tácticas de guerrilla situacionistas de teatro callejero resultan ya demasiado conocidas y previsibles.

Una seducción exquisita -conducida no sólo por la causa de la mutua satisfacción sino también como acto consciente en una vida deliberadamente bella- puede ser el TP definitivo. El terrorista P se comporta como un estafador cuyo objetivo no es el dinero sino el CAMBIO.

No hagas TP para otros artistas, hazlo para gente que no repare (al menos por un momento) en que lo que has hecho es arte. Evita las categorías artísticas reconocibles, evita la política, no te quedes a discutir, no seas sentimental; se implacable, arriésgate, practica el vandalismo sólo en lo que ha de ser desfigurado, haz algo que los niños puedan recordar toda la vida -pero no seas espontáneo a menos que la musa del TP te posea-.

Vístete. Deja un nombre falso. Se legendario. El mejor TP está contra la ley, pero que no te pillen. Arte como crimen; crimen como

TERRORISMO POETICO


EL AMOR FOU no es democracia social, no es un parlamento de dos. Las actas de sus reuniones secretas tratan de significados demasiado enormes aunque demasiado precisos para la prosa. Ni esto, ni aquello -su libro de emblemas tiembla en tus manos-.

Naturalmente se caga en los maestros de escuela y la policía, pero se burla de ideólogos y liberacionistas también -no es una habitación limpia y bien iluminada-. Un charlatán topológico proyectó sus pasillos y parques abandonados, su decoración emboscada de negro luminoso y rojo maníaco membranoso.

Cada uno de nosotros es dueño de la mitad del mapa; como dos potentados del renacimiento definimos una nueva cultura con nuestra mezcla anatema de cuerpos, con nuestra emulsión de fluidos -las junturas imaginarias de nuestra ciudad estado se desdibujan en nuestro sudor-.

El anarquismo ontológico nunca volvió de su última excursión de pesca. Mientras nadie se chive al FBI, a CAOS le importa poco el futuro de nuestra civilización. El amour fou sólo se cría por accidente -su objetivo principal es la ingestión de la galaxia. Una conspiración para la transmutación.
Su único interés por la Familia reside en la posibilidad de incesto (";Críatelos tú!" "l;Cada humano un faraón!") -l;Oh mi más sincera lectora, mi semejante, mi hermana!- y en la masturbación de un niño descubre oculta (como en la pelota de una flor de papel japonesa) la imagen del desmoronamiento del Estado.

Las palabras pertenecen al que las usa sólo hasta que otro las vuelve a robar. Los surrealistas se desgraciaron al vender el amour fou a la máquina fantasma de la abstracción; buscaron en la inconsciencia, y en esto siguieron a de Sade (que sólo quiso "libertad" para que adultos blancos destriparan a mujeres y niños).

El amour fou está saturado de su propia estética, se colma hasta los propios bordes con las trayectorias de sus gestos, marcha con relojes de ángeles, no es el destino oportuno para comisarios y tenderos. Su ego se evapora en la mutabilidad del deseo, su espíritu comunal se marchita en el egoísmo de la obsesión.

El amour fou implica una sexualidad no ordinaria en la medida en que la brujería exige una conciencia no ordinaria. El mundo anglosajón post-protestante canaliza toda su sensualidad reprimida hacia la publicidad y se escinde en turbas enfrentadas: mojigatos histéricos contra clones promiscuos y antiguos ex-solteros. El AF no quiere unirse al ejército de nadie, no toma parte en las guerras de género, se aburre con la igualdad de oportunidades en el empleo (de hecho rehusa trabajar para vivir), no se queja, no da explicaciones, nunca vota y nunca paga impuestos.

Al AF le gustaría ver gestar y nacer a cada bastardo; el AF prospera con ardides antientrópicos; al AF le encanta que lo acosen los niños; el AF es mejor que una oración, mejor que la sinsemilla; el AF lleva la luna y las palmeras allá por donde va. El AF admira el tropicalismo, el sabotaje, el break dance, a Layla y Majnum, el olor de la pólvora y del esperma.

El AF es siempre ilegal, ya vaya disfrazado de matrimonio o de tropa de boyscouts; siempre borracho, ya en el vino de sus propias secreciones o en el humo de sus propias virtudes polimorfas. No es el trastorno de los sentidos sino más bien su apoteosis -no el resultado de la libertad sino su precondición-. Lux et voluptas.

BEY.

jueves, 24 de junio de 2010

Depilado.





UNA LAGRIMA, INTENTA SISTEMATICAMENTE FORNICAR CON UNA GOTA DE SANGRE, y esta siempre se coagula antes de que pase nada.

"LA DESILUCION" INSTALACIONBAÑOSTEATROFLORENCIOSANCHEZ







LA DESILUSIÓN


Blanco y negro y blanco y negro
atención, quiero enseñaros a morir,
cerrad los ojos, apretad los dientes,
¡clac!, ya véis, no es nada difícil,
no hay en esto nada asombroso.

Os hablo sin pasión,
negro y blanco y negro y blanco,
¡clac!, ya véis que pronto se aprende,
os hablo sin amor,
y sin embargo bien sabéis...
-hay que llevar la evidencia hasta lo absurdo-

Blanco y negro y blanco y negro y negro y blanco,
si vuestras almas cambiaran sus cuerpos,
nada cambiaría,
por lo tanto no habléis más de cuerpos y almas.

Blanco, negro, ¡clac! es lo único
que podemos concebir unido,
(¿no es cierto que no hay en esto nada trágico?)

Os hablo sin pasión
blanco, negro, blanco, negro, ¡clac!,
es mi eterno grito de moribundo,
ese grito blanco, ese agujero negro...
¡Oh! No entendéis nada,
ni tampoco existís
yo me encuentro solo para morir.

RENÈ DAUMAL
(1908-1944)